Pregúntate con frecuencia: «¿Qué puedo dar aquí? ¿Cómo puedo ser útil a esta persona, a esta situación?». No necesitas poseer nada para sentirte abundante, aunque si te sientes abundante de manera habitual, es casi seguro que te llegarán cosas. La abundancia solo llega a quienes ya la tienen.”
Eckhart Tolle
Estos días de cambio y alarma dicen sobre la forma de ver el mundo de muchas personas. Solo tienes que acudir a un supermercado y observar. Desde los conflictos que pueden aparecer en la cola, generado por personas que quieren adelantar algunos puestos saltándose las reglas del juego, hasta las situaciones en caja con personas que llevan dos carros a rebosar y bloquean el paso al establecimiento. Y por supuesto en los lineales, donde llevamos semanas en que el papel (de WC, de cocina, pañuelos, etc.) es más difícil de encontrar que el oro. O donde por un #challenge en redes sociales desaparecen los palos de escoba. En oposición, hay quien pudiendo coger los dos últimos paquetes de toallitas limpiadoras para bebés, solo coge uno para permitir que otra persona tenga oportunidad de cubrir su necesidad. O quien ayuda a hacer la compra a personas que no pueden salir de casa. Y quien sigue comprando como haría en una situación habitual, ya que el suministro de aprovisionamiento funciona mucho mejor que el criterio de consumo de la comunidad en estado de alarma.
Lo que vemos en el supermercado ejemplifica dos maneras opuestas de ver el mundo: el de la escasez y el de la abundancia.
Operando desde la escasez
«La primera lección en economía es la escasez: nunca hay suficiente de aquello para satisfacer plenamente a todos aquellos que lo desean. La primera lección de política es ignorar por completo la primera lección de economía.“
Thomas Sowell
En clase de economía en la Escuela de Ingeniería Industrial nos mostraban la ley de la oferta y demanda para fijar los precios de los productos y servicios en el mercado. Básicamente, si hay mucha demanda o escasez en la oferta del bien solicitado, el precio sube. Si hay poca demanda o abundancia del producto/servicio, el precio baja. Por tanto, menos es más. Si quieres conseguir mayor beneficio económico, debes generar un mercado basado en la escasez de tu producto/servicio.
Esa forma de ver el mercado, hace que nuestras relaciones profesionales se basen en el mismo principio. Denominamos competencia a quien ofrece lo mismo que nosotr@s y pasamos a guerrear para conseguir el bien escaso: clientes que generen ingresos.
Esta forma de ver el mundo hace que se generen relaciones de competencia poco sanas, surjan envidias, haya muchas personas y empresas que se alejen de su propósito (¿tienes claro cuál es el tuyo?) y que impulsados por querer ser quien no son, copien o imiten a sus referentes. En casos extremos, esta visión puede llevar a la corrupción, a la codicia, a sabotear las actividades de terceros (la competencia), a atribuirse méritos que no son suyos, etc. Seguramente podamos pensar en personas en nuestra organización que se comportan así, en empresas, personajes públicos, etc.
En el caso de liderazgos basados en la escasez, son personas que harán todo lo posible por cumplir sus objetivos cortoplacistas. El largo plazo no se contempla, ya que viviendo en escasez se opera en modo supervivencia. En el caso de personas en cargos directivos suelen tener compensaciones económicas muy superiores a las del trabajador en la base de la pirámide jerárquica, y promueven el lograr los objetivos de l@s inversor@s/superiores jerárquicos como prioridad absoluta. También suelen ser personas cuya comunicación irá orientada al corto plazo. Si hoy es tendencia el pensamiento positivo, serán defensores a ultranza de esto para ganar dinero y recursos. Hasta que la tendencia cambie, momento en el que abandonaran esa creencia y abrazarán con la misma pasión la nueva moda.
Cuando se opera desde la escasez es peligroso el uso de las palabras compartir y colaborar, ya que en realidad quiere decir «contribuye a que logre mi objetivo particular».
Operando desde la abundancia
«La abundancia no es la ausencia de escasez; es la presencia abundante de mentalidad. “
Debasish Mridha
El efecto mariposa afirma que el aleteo de una mariposa en una punta del planeta puede generar un huracán en la otra punta. Sin entrar a valorar su validez científica, operar desde la abundancia hace que en un sistema tengas claro tu propósito y te entregues a él aunque no recibas una compensación inmediata. También conlleva una consciencia que las acciones a título individual, y como organización, tienen un impacto más allá del beneficio a cortoplazo.
Una persona que opera desde la abundancia tiene una visión más allá de la situación actual y un propósito de generar impacto positivo para las generaciones futuras. Sabe que su supervivencia está garantizada y que hay suficiente para tod@s. Satisface sus necesidades y no necesita acumular para encontrar su sentido y plenitud. Las personas que lideran desde esta perspectiva suelen compartir y operar desde la colaboración, incentivando a que sus equipos de desarrollen y que las relaciones con organizaciones de la competencia sean saludables y enriquecedoras. Entienden que la competencia sana impulsa la innovación y promueve el uso del producto/servicio entre la comunidad. Suelen recibir compensaciones económicas proporcionales a su contribución, aunque no desorbitadas respecto a la persona en el escalafón más bajo de la jerarquía. El líder que opera desde la abundancia entiende que sin esa persona en la base, no existiría la pirámide. Las organizaciones basadas en la abundancia suelen entender que sus acciones tienen impacto en las personas, la comunidad a la que sirven y el medioambiente.
Cuando se opera desde la abundancia, se suele buscar sentido a las acciones y crear comunicaciones/servicios/productos originales, que marquen la diferencia. Las necesidades básicas están cubiertas (aunque se pueda vivir fases de escasez) y los objetivos perseguidos son a medio/largo plazo para crear un legado. La comunicación se realiza desde la fuente, conectada a la esencia, y se orienta no solo a la poder ser sostenible en el corto plazo sino a crear una comunidad que asegure el largo plazo y la posibilidad de alcanzar el propósito por el que se existe.
Y tú, ¿desde dónde operas?
Una persona que conocí en mi etapa de gestor de servicios de limpieza urbana me decía: «nunca olvides que las empresas las componen las personas. Son buenas o malas en función de como son las personas que hay en ellas». Así que, más allá del talento, que estoy seguro que lo tienes, me gustaría que te preguntaras si operas desde la escasez o desde la abundancia. Estos días, cuando vas al supermercado, ¿agarras todo el papel de WC que puedes o solo cuando es necesario?
Y lo más importante, ¿desde dónde operarás tú y tu organización cuando el estado de alarma acabe?
¡Seguimos!