“La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve”.
«El hombre nació en la barbarie, cuando matar a su semejante era una condición normal de la existencia. Se le otorgo una conciencia. Y ahora ha llegado el día en que la violencia hacia otro ser humano debe volverse tan aborrecible como comer la carne de otro.»
Martin Luther King
La historia de la humanidad está marcada por la violencia. Por la conquista de territorio, de materiales, de bienes de consumo. En todos los continentes la historia se ha escrito con páginas de sangre, de luchas, de violencia, de establecer el territorio.
Para otro post queda el analizar un elemento en común en todas esas historias: eran hombres quienes lideraban las comunidades, las batallas, las guerras. En sociedades matriarcales la violencia no ha estado tan presente. En la actualidad, menos del 10% de naciones están lideradas por mujeres según datos de Naciones Unidas. Y su liderazgo es más colaborativo, ponen el foco en las personas más vulnerables, impulsan la educación, etc. Quizás, si la historia hubiera sido liderada por mujeres, nos hubiéramos ahorrado unas cuantas guerras.
Hace unos días leía en un post de LinkedIN un debate sobre libertad de expresión, abuso de poder, justicia desigual, corrupción, manifestaciones violentas, etc. Los comentarios mostraban las tensiones que surgen en una sociedad cuando la desigualdad es cada vez mayor y se polarizan los debates. Me impactó una frase: «El único camino que nos dejan es la protesta violenta, ya que todos los demás no sirven para nada. No nos escuchan a menos que usemos la fuerza.».
¿Realmente es posible que la violencia sea la clave para solventar problemas sociales, económicos y políticos?
Vivo en una sociedad donde, según el Informe Arope, el 25,3% de la población vive en pobreza y riesgo de exclusión. Donde el 45,9% de la población tiene dificultades para pagar el alquiler y llegar a fin de mes. Donde en mitad de una crisis económica, el Gobierno inyecta más de 500 millones de € a rescatar una gran empresa como Air Europa, propiedad de una de las 50 familias más ricas del país, cuyos accionistas se habían asignado un bonus de 32 millones de € gracias a fondos de la aerolínea meses antes de pedir el rescate. Y esa misma familia, que descapitaliza la empresa y luego pide el rescate con heraldo público, ha cobrado centenares de millones de € de la venta de la compañía a Iberia. Vivo en un país donde la banca rescatada con fondos públicos que no van a devolver, sigue desahuciando por impago de hipotecas y declarando beneficios millonarios. Y podría seguir. Es triste y vergonzoso, sí, el poder seguir y seguir y seguir con la lista de corrupción, injusticias, abuso de poder, etc.
Entonces, ¿es la violencia el único camino que nos queda? Yo creo que no. Creo en una revolución no violenta.
Participación Ciudadana y Revolución No Violenta
Me fascinan las charlas TED y TEDx. Me apasiona hablar en público y parte de mi propósito lo realizo ofreciendo servicios de coaching de presentaciones. Por eso, cada viernes, en mis redes sociales comparto La charla del Viernes. Charlas sobre liderazgo, comunicación, empresa social, coaching, tecnología, impacto social, etc. que me han gustado.
Dos de ellas fueron sobre participación ciudadana y revolución no violenta.
En esta charla sobre participación ciudadana, Carla Bonfill plantea que la participación ciudadana no es votar cada 4 años al partido que gobierna. Tampoco votar sobre cuál de tres proyectos previamente filtrados por el gobierno es el que quiere la ciudadanía. Ni lo es decidir el nombre la guardería del pueblo. La participación ciudadana real es decidir sobre el uso del espacio de la comunidad, sus bienes y también la gestión de sus recursos. Y es posible hacerlo como demuestran varios de los proyectos que comparte en la charla.
Quizás el reto que plantea la charla de Carla es cómo lograr que un gobierno acomodado en un sistema jerárquico y de beneficios tales como pensiones vitalicias, grandes salarios, puertas giratorias, etc. abra la puerta a una participación ciudadana que puede hacer tambalear su status quo.
Y aquí se plantea la charla de Jamila Raqib en TED sobre el secreto de una resistencia efectiva y no violenta.
En su charla, Jamila comparte que necesitamos una herramienta igual de impactante que la violencia para defender nuestros derechos. Y de hecho existe una lista con más de 198 propuestas de acciones no violentas. Reconoce que la protesta en la calle no es efectiva y que la lucha no violenta se emplea para destruir al oponente, no físicamente, sino las instituciones que necesita para sobrevivir, negándole esas fuentes de poder.
Y para ello se requiere de una estrategia. Como si fuera un negocio, puedes emplear el business model canvas para identificar los proveedores, canales de comunicación, equipo clave, etc. Y establecer estrategias para incidir en ello y lograr un cambio. Como hicieron con las acciones de Game Stop en la bolsa.
Como afirma Jamila, se trata de cuestionar nuestra visión sobre qué es el conflicto y las opciones que tenemos para hacerle frente. Porque «la mayor esperanza para la humanidad no reside en condenar la violencia sino en convertirla en obsoleta.»
«La mayor esperanza para la humanidad reside en convertir la violencia en algo obsoleto.»
Jamila Raqib
Y quizás, más que una revolución violenta, se pueden plantear acciones como cambiar de proveedores de suministros energéticos, usar un smartphone que no sea de grandes marcas y apueste por su durabilidad como Teracube o Fairphone, comprar ropa de moda sostenible, un consumo responsable. Todo el sistema se basa en el dinero y en nuestra forma de consumo. Por eso, una primera revolución no violenta sería cambiar nuestras decisiones de compra. Organizarnos para crear una estrategia que bloquee, de forma legal y no violenta, las fuentes económicas que nutren al poder.
Para lograr esto, necesitamos, antes que nada, transformar nuestros conflictos y establecer relaciones colaborativas.
De dentro a fuera. La comunicación no violenta
Cambiar nuestra visión sobre qué es el conflicto requiere de tomar consciencia de quien eres y empezar por el primer lugar de conflictos: tú. Tu casa. Tu trabajo. Tus relaciones.
Para ello, una herramienta y casi una filosofía de vida, es la comunicación no violenta creada por Marshall Rosenberg. Unos conceptos muy útiles para comunicación, gestión de conflictos, creación de relaciones duraderas y provechosas, disfrutar de una vida «sana», etc.
La Comunicación No Violenta (CNV) se basa en que detrás de nuestras acciones se esconden necesidades que queremos satisfacer. Por ejemplo, comer cubre la necesidad de bienestar físico. Sin embargo, comer una tarta entera de queso y arándanos puede cubrir otras necesidades: bienestar, calma, paz, tranquilidad, afecto, etc.
La Comunicación No Violenta parte del tomar consciencia, controlar y reducir los juicios que emitimos. Es decir, como nuestra percepción de la realidad está sesgada por nuestra cultura, educación y experiencias de vida, afirmar que algo es bueno/malo, correcto/incorrecto, guapo/feo, etc. solo es un juicio.
Una vez que entendemos que las personas emitimos juicios, podemos empezar a filtrar para intentar identificar las acciones que nos molestan, las que nos hacen sentir bien, etc. sin responsabilizar a la otra persona. Por ejemplo, supongamos que tu pareja se levanta de la mesa arrastrando la silla y haciendo ruido. Eso te molesta e irrita porque tienes dolor de cabeza, porque estabas leyendo, etc. lo que sea. Una expresión violenta sería decir: «Haz menos ruido con la silla que me molestas y no puedo concentrarme.». Quizás, se podría de forma menos violenta como: «Quiero concentrarme en este libro y el ruido de la silla me impide lograrlo. ¿Podrías intentar reducir los ruidos, por favor?»
El primer paso de la Comunicación No Violenta es detectar la acción que hace que sientas tus necesidades no cubiertas, que te mueven a la rabia, la desesperación, la tristeza, el enfado, la ira. Y observar la acción sin juicios, sin responsabilizar a la otra persona de ello.
Luego, se trata de anotar cómo te sientes. ¿Qué te hace sentir esa acción?
Y ahora llega el paso clave, reflexionar sobre qué necesidades tuyas están o no cubiertas. Por ejemplo, a mi me gusta bailar con música alta. Me encanta. Sin embargo a otra persona ese mismo volumen le molesta. Prefiere bailar con la música más baja. Misma situación, diferentes necesidades.
Este proceso de análisis y reflexión te permite avanzar al paso clave. Encontrar fórmulas no violentas que te permitan satisfacer tus necesidades y formular una petición a las otras personas para que te ayuden a cumplirla. Y ten en cuenta que una petición no es una exigencia. La otra persona puede rechazar cumplir tu petición. La prueba del algodón para saber si has formulado una petición o una exigencia es que la otra persona te diga que «no» a tu petición. Si reaccionas con violencia, con enfado, con molestia, con ira… entonces no era una petición, era una exigencia.
Este proceso, descrito de forma breve y superficial y que parece fácil hasta que lo quieres aplicar en tu vida, nos permite analizar las acciones de las otras personas. ¿Qué necesidades pretenden cubrir? ¿De qué otra forma podrían hacerlo?
Haciendo este análisis de necesidades propias y del otro bando, podemos crear estrategias y peticiones no violentas que permitan vías más éticas, sostenibles y justas para que la otra parte satisfaga sus necesidades. Y si no funciona, aún nos quedan 198 propuestas más para una resistencia efectiva 😉
¿Hacemos de la violencia algo obsoleto?
En conclusión, creo que ninguna protesta violenta es efectiva Solo genera más odio. Más separación. Más polarización de la sociedad.
Por otro lado, creo que la sociedad es un ente vivo conformado por las personas que interaccionan en ella. Y por tanto, el nivel de consciencia de la comunidad será el de la media de esas personas. Empezar a ser conscientes de los juicios, de las necesidades y practicar la comunicación no violenta en nuestra vida, en nuestras relaciones, en nuestro trabajo, es el primer paso para lograr transformar y evolucionar el sistema. Entender que el status quo no va a cambiar porque lo pidamos, de igual modo que si nos piden que cambiemos algo de nuestra conducta, nos cuesta horrores.
Por tanto, se puede pedir un cambio contemplando mejores estrategias para satisfacer las necesidades de todas las personas y entes de una comunidad. Por ejemplo, esto es lo que ha propuesto el plan A de NESI.
Y finalmente, antes que organizarnos en guerrillas urbanas violentas, podemos organizarnos para emprender acciones no violentas que corten las fuentes económicas del poder. Por ejemplo, ¿os habéis planteado que ocurriría si nos organizamos para retirar todo nuestro dinero de la banca rescatada y trasladarlo a la banca ética?¿ O si nos organizamos para cambiar de proveedores de suministros, esas empresas que ofrecen puertas giratorias a los políticos para que paguemos la electricidad más cara de Europa, y contratamos el servicio en empresas como Holaluz o SomEnergia?
Libros recomendados para una comunicación no violenta
Estos son algunos de los libros que he leído sobre comunicación no violenta y, también, sobre una mejor toma de consciencia de quien soy y el poder de la palabra.
- Comunicación No Violenta: Un lenguaje de vida. Escrito por Marshall Rosenberg, es donde encontrarás toda la teoría de su propuesta.
- La Libertad Interior. Un libro de Gaspar Hernández que te permitirá reflexionar sobre tu nivel de consciencia y tus necesidades.
- El sorprendente propósito de la rabia. Un libro de Marshall Rosenberg que te ayudará a comprender las necesidades que pueden esconderse cuando sientes rabia por una acción o suceso.
- Los cuatro acuerdos. Escrito por Miguel Ruiz, te invita a reflexionar sobre el poder de la palabra y 3 acciones para lograr mantener tu paz interior, operando en el mundo sin violencia.
- Ser paz en un mundo en conflicto. Experiencias de Marshall Rosenberg en las que aplica la comunicación no violenta en situaciones de conflicto.
- Propósito y valores: Cómo hacer que la cultura de una organización florezca. Escrito por Víctor Ardura, te muestra los beneficios de definir el propósito. Si bien lo enmarca en un plano empresarial, sus ideas y propuestas son extrapolables a nivel personal y de sociedad.
- Justicia. ¿Hacemos lo que debemos?. Escrito por Michael Sandel, profesor de Harvard de quien también puedes hacer su curso en Edx. Reflexiona sobre la justicia, la economía y las controversias morales actuales. Porque no hay bueno o malo. Y tampoco blanco o negro.
¿Crees que podemos hacer de la violencia algo obsoleto? ¿Qué libros me recomendarías?