“Siempre que haces algo que no está alineado con el anhelo o tu alma, creas sufrimiento.”

Angela Anaïs Nin Culmell

Las palabras tienen el gran poder de crear, transformar o destruir realidades y sueños. En ese poder habita la belleza del arte de la comunicación. Ya sea comunicación corporativa o comunicación  personal. Interna o externa. Online o offline.

Esta principio de año me ha sorprendido que diversas personas de mi entorno se quejaban al volver a su rutina y me compartían quejas, situaciones, comentarios que podrían resumirse en una frase: otra vez la misma mierda.

Conozco muy bien esa frase porque yo mismo la usaba hace no tanto. Y sé, por experiencia propia, que esa forma de hablar te genera un estado de ánimo de frustración y desánimo, Y que, además, se contagia. Es decir, las personas que te rodean están menos dispuestas a colaborar contigo y la motivación del equipo y su salud se ven afectadas.

Quizás te preguntes qué puedes hacer si has vuelto a tu lugar de trabajo y te encuentras una pila de correos electrónicos con temas que nunca prosperan, si no haces más que rehacer el mismo powerpoint para adaptarlo a la nueva idea de la persona que ocupa el cargo de dirección, si Fulanito o Menganita en tal o cual departamento sigue poniendo palos a las ruedas porque no quiere cambiar su rutina y facilitar el nuevo proyecto, si estás buscando empleo y te siguen descartando en dos segundos por temas de edad, si estás emprendiendo y necesitas encontrar clientes e inversores y la gestión política de la situación sanitaria no hace más que perjudicar la ya débil economía… No hay una fórmula mágica y sí un camino que implica tiempo, esfuerzo y reflexión.

El primer paso: Definir tu Propósito

«Ya estás otra vez con el propósito». Sí, no me canso de repetirlo. Para mi ha sido un paso clave para lograr reducir mis quejas, para sentirme que estoy en el camino correcto y que las dificultades aparecen para enseñarme y mejorarme.  También sé que es una palabra de moda y que, como suele ocurrir con las modas, muchas personas se suman al carro, desgastan la palabra y luego se van a la siguiente tendencia.

A mi me ocurrió con la palabra coaching. La aborrecí. Tanto que no quería que me etiquetaran con ella. Por eso me interesé por el mentoring. Y sin embargo, tanto cuando hago sesiones para preparar presentaciones, como cuando participo en procesos de consultoría y mentoría en comunicación corporativa, estrategia de negocio y RSC…empleo herramientas y técnicas de coaching. Tanto es así, que incluso hay personas que me solicitan sesiones de coaching. Y es que somos personas, y muchas veces necesitas solventar creencias limitantes, equilibrar áreas de tu vida o despertar tu creatividad y talento, para poder afrontar otros retos como crear una presentación en público, transformar la cultura de la organización o establecer una estrategia de negocio y comunicación con tus grupos de interés.

En el caso del propósito es un paso clave ya que requiere que dediques tiempo a conocerte, a saber qué puntos fuertes tienes, qué necesitas mejorar, qué te apasiona, que talento tienes de forma innata, etc. Y reflexionar sobre para qué existes, qué te mueve a levantarte de la cama cada día, qué harías si no importara si te pagan o no por ello.

Para ayudarte a definirlo puedes descargarte este ebook gratuito en el que comparto 5 técnicas para hallarlo, como el Ikigai o el camino usado por Simon Sinek para definir su Golden Circle.

El segundo paso: Definir tu Misión, Visión y Valores

Una vez definido el propósito, esa estrella que guía tu rumbo en mitad de la noche más oscura, el siguiente paso es definir la misión. La misión es una declaración de la función que desarrollas.

Definir la misión te ayuda a disponer de un faro que alumbra hacia dónde encaminar tus pasos aquí y ahora, donde aportas tu contribución única.

Seguidamente se trata de definir la visión, tu declaración de aspiraciones a medio y largo plazo. Para mi la visión es el puente que conecta la misión con el propósito.

Y finalmente reflexiona sobre tus valores, ya que definen quién eres, tu identidad. Los valores te ayudan a tomar decisiones y a entender las razones por las que te sientes bien colaborando con unas empresas y personas…y con otras no. A veces una mala toma de decisiones te lleva a formar parte de organizaciones en las que no sabes el motivo que hace que te sientas mal, que no consideres congruhente la comunicación de la organización con sus acciones. Y muchas veces la respuesta reside en que hay valores tuyos en crisis con la cultura de la organización o con la gestión de las personas en cargo de dirección.

Para definir la misión, visión y valores es útil contar con una persona experta que te ayude. Aunque yo colaboro en la definición de propósito y valores con organizaciones y personas, elegí contar con la ayuda de Gerard Romero de Ingeniería Social para cocrear los míos. Gerard me aportó preguntas, otra perspectiva y su experiencia creando planes de RSC. Con su apoyo pude definir mi misión, visión y valores, así como mantener un interesante debate sobre uno de mis valores principales: el amor.

¿De qué me sirve si busco empleo?

Sé que es desesperante buscar empleo en un mercado donde como dice Mar Hershenshon en su entrevista en LaContra , «los modelos de empresariado españoles están muy anticuados. (…)rinden más las conexiones familiares y políticas que el talento emprendedor». Salarios cada vez más bajos (donde antes pagaban 35.000€ ahora 20.000€, donde eran 80.000€ ahora 50.000€…), condiciones más estrictas (masters, MBA’s, años de experiencia, idiomas, experiencia en el mismo puesto…) y condiciones de empleo más cercanas al esclavismo que la conciliación (sin posibilidad de crecimiento, más de 8 horas al día de presencialismo, disponibilidad en festivos, etc.). Y por supuesto, que tengas entre 27 y 37 años.

Conocer tu propósito te habrá permitido conocerte mejor. Y conocer tu misión, visión y valores te responde a qué valor aportas, qué te hace diferente, cómo quieras aportar tu talento y lo más importante, en qué condiciones.

Esas respuestas van a limitar tu mercado, es cierto. Habrán organizaciones con las que ya no querrás trabajar. También te hará preguntarte, cuando vayas a entrevistas, por quién y cómo es la persona que lidera el equipo en que integras y las personas en la dirección. Cómo es la cultura corporativa.

Sabrás comunicar mejor tu talento y, al mismo tiempo, vas a enfrentar la búsqueda de empleo como cuando sales a ligar. No te vale la primera persona que te encuentras. Es cosa de dos. Y, ¡oh sí!, no es lo mismo buscar empleo como si estuvieras en la mar tras un naufragio, pidiendo auxilio y que te rescaten, a hacerlo desde quien sabe que se trata de crear y cuidar de una relación entre dos partes.

¿De qué me sirve si soy una persona emprendedora?

Según diferentes estudios,

  1.  Las organizaciones con propósito son un 10% más rentables.
  2.  El 73% de las personas toman sus decisiones de compra en base a los valores y propósito de la marca.
  3. El 62% de personas consumidoras sabe del poder de su decisión de consumo. El consumo consciente y responsable aumenta.
  4. El 81% de las personas en cargos directivos cree que definir el propósito de la organización aporta beneficios.
  5. Las organizaciones con propósito obtienen hasta un 17% mejor resultado financiero en el largo plazo que aquellas que no lo tienen.

No solo eso, cuando las organizaciones definen su propósito, misión, visión y valores…y cuando se esfuerzan en que sean más que palabras en una web, que se respire en el día a día… requieren de menos esfuerzo e inversión para atraer y retener talento afín a su cultura. La motivación del equipo aumenta y hay un orgullo de pertenencia. Esto lo puedes ver en empresas como Holaluz viendo lo que escriben las personas empleadas en redes.

Si eres una persona emprendedora, te ayudará a atraer colaboradores,  equipo y clientes afines a tus valores y propósito, aumentando la fidelización, la creación de relaciones mútuamente beneficiosas y a sentir orgullo y motivación ante tus tareas diárias y los retos que enfrentes. Como me dijo una vez una persona, cuando una persona está enchufada a su propósito, brilla tanto que es imposible que pase desapercibida.

También te ayudará a tomar decisiones. No toda va a ser válido para lograr tus objetivos. Así que te facilitará la toma de decisiones estratégicas, de selección de equipo, de selección de proveedores y clientes y de equilibrio de tu vida profesional y personal.

Definir el propósito, misión, visión y valores suele generar personas y organizaciones más conscientes, que establecen relaciones de apoyo y beneficio mútuo, que contribuyen al Bien Común y miden su éxito por KPI’s de rentabilidad, sostenibilidad y humanidad.

¿De qué me sirve si estoy en nómina de una empresa?

Si formas parte de una organización, hay dos supuestos,

  1. Dispones de una posición de influencia en la toma de decisiones y cultura corporativa.
  2. Eres un número en la cuenta de resultados

En el primer caso puede que seas una persona en cargo de dirección o con una capacidad relacional/funcional que te permita influir en la opinión de las personas que toman las decisiones en la empresa.

En este primer supuesto, definir tu propósito, misión, visión y valores va a ayudarte a validar si la organización en la que estás va en línea a ellos.

Si lo está, te permitirá discernir mejor de qué forma quieres evolucionar en la organización, en qué posiciones quieres aportar valor, de qué forma quieres relacionarte con el equipo y colegas, etc. Aumentará tu carisma y pasión por lo que estás haciendo. Y sabrás encontrar estrategias para aumentar la motivación en tu área de influencia.

Si no lo está, podrás crear estrategias y objetivos que permitan alinear ese propósito personal con el de la organización. Puedes proponer proyectos que transformen la cultura de la organización para que sea más humana, más sostenible, más rentable. Y de esta forma aumente el orgullo de pertenencia de las personas que conforman la organización, que son embajadores de marca y un grupo de interés muy valioso. Esto lo tiene claro Zappos , que sabe que su equipo son sus principales clientes y recomendadores. Incluso llegan a ayudar a las personas que no concuerdan con su propósito y valores a abandonar la empresa con incentivos económicos, planes de reinserción laboral, etc.

En el segundo supuesto, no desesperes. Puedes prepararte para persuadir a una persona que sí lo tenga. Para ello, investiga las necesidades, las motivaciones y gustos de esa persona. Define qué beneficios tiene para ella el cambio que propones. Comparte qué beneficios para el negocio conlleva. Cuando lo tengas, prepara tu pitch para lograrlo y ¡a por ello!

Esto es lo que hizo Phillip B. Crosby, autor del libro “The Art of Getting Your Own Sweet Way“. Se considera que en la segunda edición de este libro es el origen del «Elevator Pitch» o discurso del ascensor. Phillip fue uno de los pioneros en Estados Unidos de la gestión total de la calidad a principios de la década de 1980. Cuando trabajaba en una compañía de comunicación y se dio cuenta que dedicaba mucho tiempo para explicar a distintas personas del organigrama de la empresa los beneficios de la gestión total de la calidad, sin que se decidieran a aprobar los cambios necesarios para que su propuesta se llevara a cabo. Así que decidió que le explicaría su propuesta a la persona en el cargo de dirección general. Sabía que era complicado conseguir una reunión, pero que coincidían en el ascensor por la mañana. Así que cronometró la duración de ese trayecto y dedicó tiempo a preparar un discurso que mostrara su propuesta y los beneficios que aportaba a la organización. Tras llevarlo a la práctica, la persona en el cargo de dirección general lo convocó a una reunión para que le mostrara con más detalle lo que le había mostrado en el ascensor de forma breve. Y el resto es historia.

Puede que la organización no quiera cambiar. Entonces, quizás, quien lo haga seas tú…de organización. Y disponer del conocimiento de saber quién eres, tu propósito,tu talento, tus valores…te va ayudar a decidir si emprender o buscar otro empleo. Y lo más importante, te ayudará en todo lo que compartía antes. Así podrás abandonar la relativa seguridad económica de una nómina con rumbo a un futuro más comprometido con quién eres tú.

No estás solo/a

Decidir conocerse a unx mismx es una aventura apasionante, con momentos de celebración y otros de frustración y desesperación. Requiere tiempo, esfuerzo, humildad, paciencia…y es un camino que, si evolucionas, si aprendes cada día, nunca termina. Porque si eres una persona con mente abierta, corazón abierto y voluntad abierta, suele abrazar el cambio y la transformación sobre tu forma de ver el mundo.

El propósito te aportará estabilidad. Si tu propósito es preservar el Amazonas, será raro que algo que aprendas te lleve a cambiar ese propósito y pasar a talar árboles milenarios.

Disfruta de cada paso en este camino que te aportará felicidad, sentido y consciencia. Y recuerda que, al igual que hice yo con Gerard, no tienes por qué recorrer el camino en soledad. Contar con una persona que te acompañe como coach o mentor va a facilitarte las reflexiones, acortar tiempos para lograr objetivos y abrirte nuevas perspectivas que quizás permanecían en ángulos oscuros de tu ser. Incluso descubrirte talentos que desconocías que tenías.

Si quieres que colaboremos escribe a hola@robertferrer.org, en LinkedIN o a través del formulario de contacto de la web.